¡Tengo acné!

Si eres uno de los muchos adolescentes que sufre con esos granos de más, no te preocupes. Aquí te explicamos cómo se produce y cómo tratarlo: el acné tiene solución.

De seguro te han dicho que es normal tener acné y que muchos jóvenes pasan por esta etapa. Sin embargo, ¿qué pasa cuando te miras al espejo, cuando tus compañeros te molestan o cuando tratas de esconderlo detrás de mucho maquillaje?

Para empezar, lo primero que hay que tener claro es: ¿qué es el acné? Se trata de un trastorno de la piel que se manifiesta mediante diferentes tipos de protuberancias como puntos blancos, espinillas, granos y quistes. ¿Por qué ocurre? Porque la piel está cubierta de poros que contienen glándulas sebáceas que producen sebo (un aceite que humedece el cabello y la piel).

Si bien, la mayoría de las veces estas glándulas producen la cantidad adecuada de sebo y los poros están bien, a veces se acumula mucho sebo junto a células muertas de la piel y bacterias. Todo esto obstruye los poros y puede causar acné.

Cuando un poro está obstruido, se cierra y sobresale de la superficie de la piel formando un punto blanco. Si un poro está obstruido pero permanece abierto, la capa superior puede oscurecerse y se produce un punto negro.

En palabras de la dermatóloga de Clínica Las Condes, María Carolina Lobos, “el acné es una afección cutánea frecuente que aparece en la adolescencia. Se produce una inflamación de la unidad pilosebácea, es decir el área, donde se ubica el folículo piloso junto con la glándula sebácea. Por esta razón el acné se localiza en zonas del cuerpo donde existe gran cantidad de folículos pilosos como cara, pecho y espalda. Hay que tener claro que si los padres tuvieron acné en la adolescencia, lo más probable es que sus hijos también lo tengan”.

Las mujeres lo desarrollan usualmente alrededor de los 12 a 13 años y el hombre alrededor de los 13 a 14 años. Sin embargo, antes pueden aparecer los famosos puntos negros o blancos. La buena noticia es que, en la mayoría de los pacientes, el acné se resuelve alrededor de los 25 años. En menos del 10% de los casos, puede persistir hasta la tercera y cuarta década de la vida.

Causas del acné

Los factores determinantes en la aparición del acné son cuatro:

• Aumento de la secreción sebácea: En la pubertad se inicia la producción de hormonas. Este estímulo hormonal produce un aumento de la producción de material sebáceo en la glándula sebácea.

• Oclusión del conducto de salida de la secreción sebácea: Se produce por una falla en la descamación de las células que están en esa zona, lo que genera obstrucción y distensión de los conductos. Se manifiesta clínicamente con lesiones cutáneas llamadas comedones cerrados (puntos blancos) y abiertos (puntos negros).

• Agente bacteriano: El aumento de secreción sebácea permite la proliferación de una bacteria llamada propionibacterium acnes, la cual libera sustancias que son capaces de irritar e inflamar esta zona manifestándose con otras lesiones más severas.

• Inflamación: En respuesta a los factores antes mencionados, se produce la activación del sistema inmunológico lo que se manifiesta con inflamación del área afectada.

También se debe considerar un factor genético. En casos severos de acné, es frecuente el antecedente de un pariente de primer grado en más del 50% de los casos.

Soluciones

Lo más importante y lo primero, es lavarse la cara todas las noches con un jabón suave. El uso de fármacos tópicos (como peroxido de benzoilo, ácido retinoico y antimicrobianos tópicos, entre otros) está destinado a corregir los factores antes mencionados y su asociación con tratamientos sistémicos (antibióticos, isotretinoina) está determinado por la gravedad y etiología de las lesiones y por las condiciones propias de cada paciente (edad, sexo, condición socioeconómica, etcétera).

“Los tratamientos tienen como objetivo contrarrestar los factores involucrados en la generación del acné. Es decir, la idea es tratar de eliminar el material que se distiende en el canal pilosebáceo, reducir la cantidad de propionibacterium acnes (bacteria involucrada), disminuir la secreción sebácea y el proceso inflamatorio involucrado”, cuenta la especialista.

Cuando uses un producto para el tratamiento del acné, asegúrate de seguir las indicaciones al pie de la letra. No uses más cantidad de la indicada ya que la piel podría ponerse muy roja o secarse demasiado.

Mitos y verdades sobre el acné

• El acné no aparece por comer comidas grasosas como papas fritas o pizza o por ser adicto al chocolate o a las bebidas: No hay evidencia que la dieta influya en la evolución del acné.
• El estrés sí afecta y se relaciona con el aumento del número y de la severidad de las lesiones.
• Si bien el sol desinflama, a largo plazo aumenta la producción de comedones y la posibilidad de manchas café y cicatrices en las áreas afectadas.
• Hay que tener claro que, en general, cualquier fármaco usado en forma local o sistémica puede tener un efecto colateral. En relación a ésto existe un fármaco de uso sistémico (por vía oral) que se utiliza en el acné inflamatorio severo y que requiere de una monitorización periódica con exámenes. Además hay que cumplir ciertas indicaciones para reducir riesgos.

Tips para jóvenes

• Hacerse un aseo facial cada noche con un jabón suave o un producto indicado por especialistas.
• Usar bloqueadores solares e hidratantes faciales que sean poco oleosos. Lo mejor son los geles y las lociones.
• No usar productos de maquillaje que tiendan a tapar los poros (como las bases de maquillaje oleosas). Siempre elige productos “oil free”.
• Consultar a un especialista en caso de persistencia de las lesiones para un manejo adecuado con productos tópicos u orales que actúen específicamente dependiendo del tipo de acné y de tus características propias.
• Consultar precozmente para evitar cicatrices permanentes.
• Nunca apretarse las espinillas ya que puede empeorar el cuadro.
• Preocuparse de mantener el pelo limpio y de evitar el exceso de cabello sobre la frente. Si tienes chasquilla, preocúpate: la presencia de cabello seboso sobre la frente favorece la oclusión, agravando la obstrucción de la salida del conducto de la glándula sebácea.
• No ponerse pasta de dientes sobre las espinillas. Existen productos específicamente formulados para los distintos tipos de lesiones.