Apnea del sueño: secretos de alcoba

La apnea del sueño es una patología que afecta a más del 5% de la población y conlleva importantes consecuencias físicas, psíquicas y emocionales. Los ronquidos son una de ellas.

Si bien roncar es un síntoma muy frecuente en la apnea del sueño, los roncadores no suelen estar conscientes ni del ruido que emiten, ni de sus constantes episodios de pausas respiratorias repetidas que interrumpen el sueño, uno de los problemas más graves de esta patología. Tampoco se enteran de todos los trastornos cognitivos y el deterioro de la calidad de vida que arrastra, principalmente porque se instalan en forma lenta y progresiva, y los pacientes se van habituando a ello.

Quienes la padecen tienen siete veces más posibilidades de tener accidentes de tránsito o laborales, dos veces más probabilidades de tener hipertensión pulmonar y cuatro veces más opciones de sufrir un accidente vascular cerebral.

Además, la interrupción repetida del sueño puede conducir a una depresión, a alteración de la libido e irregularidades menstruales en la mujer. También hay mayor riesgo de infartos al corazón y exacerbación de las enfermedades respiratorias crónicas.

En definitiva, muchos trastornos para una condición muy pocas veces reconocida y que necesita de otra persona para ser diagnosticada.

Hombres y mujeres

¿Qué es apnea del sueño? “Cuando dormimos, los músculos dilatadores de la faringe se relajan y estrechan levemente esa zona. En las personas que padecen de apnea del sueño, esta reducción es muy exagerada por lo que se obstruye el paso de aire y se compromete la oxigenación, produciendo que la persona baje el nivel de oxígeno de su sangre. Esta disminución puede llegar a ser de hasta un 30% de lo normal”, explica el especialista del Centro de Enfermedades Respiratorias, doctor Henry Olivi.

“Y si bien, popularmente se piensa que los hombres son el grupo más propenso a sufrirla, la apnea del sueño también afecta a muchas mujeres, con ronquidos incluidos, especialmente después de la menopausia”.

Así, además del género, son otros los factores asociados que contribuyen a acentuarla: tabaquismo, sobrepeso y consumo de relajantes musculares como tranquilizantes, sedantes, o el alcohol.

La solución

El tratamiento siempre es específico según las necesidades de cada persona y el objetivo, evitar el cierre de la faringe para normalizar la respiración, mejorar el sueño y controlar los síntomas. “En los casos leves se consigue combatiendo los factores de riesgo antes descritos o corrigiendo quirúrgicamente factores asociados como hipertrofia amigdaliana, obstrucción anatómica de la nariz, crecimiento exagerado de la lengua o alteraciones mandibulares”.

Para los casos de apnea moderados y severos, hay evidencia científica reconocida internacionalmente que demuestra que el tratamiento más efectivo es el (CPAP nasal (Continuos Positive Airway Pressure. Éste consiste en un sistema de presión positiva continua de la vía aérea, que se coloca sobre la nariz (y/o boca) permitiendo que el aire inspirado haga una cierta tensión, opuesta a la que ejerce la faringe al cerrarse. Así se abre el paso del aire y se respira normalmente.

Por último, se pueden utilizar dispositivos de avance mandibular en grupos seleccionados de pacientes con apnea leve o moderada para lograr un sueño profundo y reparador.

Para concluir, el doctor Olivi señala que estas medidas no sólo mejoran al enfermo, sino que también a su pareja, quien después de todo, vuelve a dormir normalmente.

¿ Cuándo consultar?

  • Si el ronquido es muy fuerte.
  • Si el patrón de ronquidos es interrumpido por pausas.
  • Si a pensar de dormir lo suficiente, se amanece cansado.
  • Si necesita de varias siestas al día.
  • Si toma mucho café o bebidas cola para mantenerse despierto.
  • Si tiene problemas de concentración y está muy olvidadizo o irritable.
  • Si presenta movimientos exagerados de piernas y/o brazos durante el sueño.
  • Si tiene síntomas sugerentes y antecedentes familiares de roncopatía o apnea.

Grupos de riesgo

  • Obesos
  • Cardiópatas coronarios
  • Hipertensos
  • Fumadores
  • Personas de cuello grueso
  • Grandes roncadores
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