Los oídos no se limpian

A diferencia del resto del cuerpo, que debe asearse diariamente, los oídos, aunque parezca insólito, no se deben limpiar. La razón es muy simple: el oído tiene su propio sistema de autolimpieza.

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En la sección de bebés de farmacias y supermercados se pueden encontrar todos los tipos, tamaños y colores de cotonitos para limpiar los oídos de los más pequeños de la casa. Esto indica que los chilenos, en general, estamos convencidos de que debemos limpiar los oídos de nuestros niños tanto interna como externamente.

Sin embargo, tal como lo explica el doctor Luis Cabezas, jefe de otorrinolaringología de Clínica Las Condes, el oído no necesita aseo: “El oído está programado para autolimpiarse, por lo tanto, la parte interna del oído uno no debería intervenirla, es decir, en la limpieza de oídos lo que uno tiene que hacer es limpiar solamente la parte externa, o sea el pabellón auricular y lo que alcance a verse del conducto, sin introducir ningún elemento dentro del conducto como tan comúnmente ocurre con los cotonitos”.

Mucha gente desconoce que el simple hecho de limpiar incorrectamente el oído puede afectarlo de manera negativa provocando desde un simple aunque incómodo taponamiento, hasta infecciones, perforaciones y otro tipo de lesiones.

La importancia del cerumen

El doctor Luis Cabezas explica que el cerumen que produce el oído tiene funciones muy importantes, por lo que no debe eliminarse del conducto auditivo: “El cerumen es un elemento que protege contra la humedad y tiene factores antibacterianos, por lo tanto, es bueno que el oído tenga una cubierta de cerumen”.

Al introducir elementos externos se borra esa capa de cerumen y, por lo tanto, se deja expuesta la piel a cualquier otro elemento, como por ejemplo, agua contaminada. Por otro lado, se empuja este cerumen a zonas del oído que no debiesen tener cerumen y se van produciendo tapones que son muy difíciles de sacar, sobre todo en los niños.

Recomendaciones

 

 

  • No coloque dentro del oído del niño ningún tipo de objeto que no haya sido fabricado específicamente con ese propósito.
  • Especialmente, evite introducir puntas de lápiz y objetos para el cabello.
  • No use ni siquiera cotonitos para limpiarlos por dentro. Sólo limpie los oídos siempre por fuera y con la punta de una toalla.
  • Si sospecha de una infección en el oído del niño, consulte a su pediatra. La mayoría de las pérdidas de audición son causadas por resfríos, gripes e infecciones mal cuidadas.
  • Las gotas para los oídos sólo pueden ser usadas bajo prescripción médica.
  • Si nota que el niño siente picazón en los oídos, entonces también consulte al médico. Pueden ser hongos que deben ser tratados con medicamentos.
  • La formación de tapones de cerumen también debe ser atendida por un médico.
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