Planeando mi viaje

¿Te estás preparando para viajar? Algunas precauciones simples pueden ayudarte a tener unas vacaciones más seguras y saludable. ¡Conócelas!


Los preparativos

En caso de tener una patología crónica (presión arterial elevada, asma, diabetes, epilepsia u otras) preocúpate de evaluar con tu médico cuál es tu condición actual y cuál es la suficiente provisión de medicamentos que debes llevar. Recuerda que en muchos países no es posible comprar un medicamento sin una receta de un médico acreditado en dicho país, por lo que debes llevarlo desde aquí.

Si viajarás a algún país del cinturón ecuatorial, o en los cuales desconoces las condiciones sanitarias, consulta en nuestro Centro de Medicina del Viajero. Aquí, es necesario que indiques con cierta precisión el itinerario, tiempo de estadía en cada lugar y actividades a realizar en cada una de ellas. Esto ayudará a decidir el tipo de vacunas que debieras recibir, medicamentos preventivos, repelentes de insectos, entre otros.

No olvides llevar:

  • Un par de lentes ópticos o de contacto extra si lo necesitas.
  • En caso de enfermedades o alergias, es importante llevar una tarjeta o brazalete que lo identifique y alerte tus problemas médicos.
  • También debes prepararte para los cambios derivados del viaje: clima, modificaciones en los hábitos alimentarios y de bebida, además del cambio de zona horaria, lo cual debe considerarse especialmente al programar actividades a la llegada a tu destino. Si en ocasiones anteriores has tenido problemas con el llamado Jet-Lag, no olvides plantearlo para obtener ayuda.
  • Si tu destino es algún país remoto con un idioma desconocido, tu médico puede proporcionarte nombres y fonos de médicos que, al menos, puedan comunicarse en inglés.

Botiquín

  • El botiquín debe ser metálico o de plástico; nunca de género. Se sugiere que el botiquín sea guardado en lugar fresco, fuera del alcance de los niños.
  • Debes revisar los medicamentos y materiales del botiquín periódicamente y sustituir todos aquellos que estén vencidos, sucios o dañados.
  • A este botiquín básico debes agregar todos aquellos medicamentos que tú o algún miembro de tu familia utilice en forme regular.

Comida y agua

La preocupación de lo que comes y bebes, puede ayudarte a estar sano durante el viaje. Si hay dudas en la calidad del agua de bebida, limítate a:

  • Infusiones hechas con agua hervida: té o café.
  • Agua mineral o bebidas embotelladas / enlatadas.
  • Cerveza o vino.

Si estás en un lugar donde el agua puede estar contaminada, recuerda que el hielo y vasos pueden estarlo también. Evita el hielo y bebe directamente de la botella o lata. En el caso de los alimentos, limita el consumo a verduras y frutas que puedas pelar tú mismo, y alimentos cocidos que se sirvan calientes.

Entonces, evita:

  • Leche y productos lácteos (como queso) no pasteurizados.
  • Frutas, vegetales, pescados o carnes crudas.
  • Comidas vendidas en la calle (vendedores callejeros).

Si no estás seguro de la calidad del agua, puedes hacerla potable hirviéndola por al menos 10 minutos y dejándola enfriar a temperatura ambiente, sin agregar hielo.

Manejo de la diarrea

Si has tenido preocupación con la higiene de lo que comes y bebes, el riesgo de infección intestinal se minimiza, sin embargo, siempre es posible que sufras de diarrea.

Si ésta se debe a que comiste demasiado, comida diferente y difícil de digerir, o fruta verde, lo más probable es que se trate de una indigestión, lo que requiere solamente cuidarse con la comida sucesiva, la que debe ser muy liviana y de fácil digestión.

Si la diarrea es más abundante, te obliga a ir al baño en forma repetida y no hay fiebre, puedes tratar de disminuir la velocidad del movimiento intestinal con medicamentos antidiarreicos (según prescripción médica). Por su parte, debes preocuparte de beber abundantes líquidos, usando bebidas carbonatadas frescas pero no heladas, té puro o de hierbas, sopas (caldos). Una buena medida para saber que la hidratación es adecuada es comprobar que te mantienes orinando. En general, considera que no sólo es necesario reponer el agua libre, también es útil y necesario la sal y el azúcar.

En caso de diarrea febril, es necesario seguir las indicaciones que tu médico te haya anticipado, o consultar médico en el lugar.

El regreso

Si al volver inicias un cuadro febril o diarreico en las primeras seis semanas de tu regreso, no olvides mencionar a tu médico el viaje y su itinerario. Ocasionalmente, la malaria puede tener un período más prolongado de incubación.

Esperamos que estas sugerencias puedan ser de utilidad para ti y tu familia y te permita realizar un viaje placentero y sin problemas de salud.

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