Conoce más de este trastorno que afecta la percepción de la imagen de una persona y que afectar seriamente la calidad de vida del paciente.
El
trastorno dismórfico corporal -TDC- es una
psicopatología en el que existe una
distorsión de la imagen, donde el paciente siente
preocupación por uno o más defectos físicos de manera sobrevalorada, que causa malestar y restringe su funcionalidad y que, generalmente, no puede ser percibida por los demás.
Actualmente el entorno mundial se centra en la belleza, desde los anuncios hasta las revistas, las películas y las redes sociales, que se prestan para que las personas puedan aplicar filtros a sus selfies y eliminar incluso las imperfecciones más leves. De esta manera, la sociedad refuerza la necesidad de que se les vea “perfectas”. Esta condición no favorece a las personas con
TDC, quienes dedican la mayor parte de su día a pensamiento negativos, lo que interfiere en la calidad de vida y la capacidad de llevar a cabo las actividades diarias.
El
equipo de Psiquiatría de CLC, explica que las personas con esta condición están hiperconcentradas en la
percepción de sus defectos, que a menudo pasan inadvertidos para los demás. “Puede ser un defecto real,
que la persona tiende a magnificar y tiende a captar la mayor parte de su energía psíquica, acaparando la atención del sujeto de forma casi delirante, en donde encuentra en su observación una certeza inmensa, con alto grado de veracidad y que, por tanto, cuesta disminuirla a pesar de los argumentos que se le entreguen. Esta situación causa sufrimiento, problemas de
autoestima,
alteración en las relaciones interpersonales y destina parte importante de su esfuerzo en erradicar este defecto”.
Pero ¿cómo podemos darnos cuenta de esta condición? En muchos casos, el
TDC se desarrolla durante los años de la
adolescencia, generalmente entre los 12 y 13 años, con un
leve predominio masculino, donde los síntomas suelen incluso ser más intensos. Este es un momento donde los jóvenes necesitan la aceptación de sus compañeros. Es frecuente que los adolescentes se centren en las apariencias y se preocupen de cómo son vistos por el entorno. Para los pacientes con
TDC va más allá de las preocupaciones normales alcanzando niveles poco sanos.
Los especialistas comentan que esta condición puede padecerla el 1% de la población y puede estar asociada a
trastornos de conducta alimentaria como
anorexia,
bulimia,
depresión, fobia social, trastorno obsesivo compulsivo y con frecuencia a ideación suicida.
Los expertos CLC mencionan que las personas con
TDC suelen tener altos estándares de belleza, dándole mayor relevancia a la
apariencia física como prioridad producto del medio en el que se desenvuelven. “Esta situación puede afectar a pacientes con historia de
bullying,
rechazos familiares,
baja autoestima,
inseguridad, perfeccionismo, auto exigencia, entre otras”.
Por otro lado, las áreas más frecuentes en las que se centran los pacientes con esta patología son las
asimetrías faciales,
lunares,
alternaciones en la piel, asimetrías de su cuerpo, abdomen, piernas, exceso de vello en algunas partes del cuerpo, entre otras. Las personas con este trastorno se centran tanto en la percepción de sus defectos que se sientes amenazados por ellos generándoles sufrimiento, repudio y por ende se evite el contacto social por la pérdida de autoestima.
Síntomas y signos de alarma
- Chequeo constante de su imagen o por el contrario evitar hacerlo.
- Comprobar su aspecto físico delante de un espejo.
- Camuflarse para cubrir defectos.
- Evitar el contacto social, generalmente por vergüenza o temor a la exposición de su “defecto”.
Finalmente, los especialistas mencionan que los síntomas y signos de los pacientes dependen del grado de
TDC y es importante contemplar que la vergüenza evita que la persona comparta su angustia y por ello se retrase la búsqueda de ayuda. Así mismo, los especialistas CLC hacen un llamado a no opinar sobre el cuerpo ajeno y olvidar los estereotipos impuestos por la sociedad como perfectos.