DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO OPORTUNOS PARA UN MEJOR EMBARAZO

La diabetes gestacional produce en la madre más riesgo de infecciones, especialmente de la vía urinaria y genital. A su vez, el feto puede nacer con mayor peso que el normal, lo que conlleva dificultades para un parto vaginal.

Los cambios en el estilo de vida han provocado que muchas mujeres posterguen la maternidad, presenten sobrepeso al embarazarse y sean sedentarias. Todo ello ha aumentado el riesgo de aparición de diabetes gestacional.

Ese cuadro, que suele diagnosticarse entre las semanas 20 y 25 de gestación, consiste en un trastorno en el metabolismo de los hidratos de carbono.

La diabetes gestacional es habitualmente asintomática, ya que muy pocas veces se observan los signos clásicos como poliuria o mayor cantidad de orina; polidipsia o más sed y más hambre o polifagia. “Aun así, produce en la madre un mayor riego de infecciones, especialmente de la vía urinaria y genital, y el feto puede ser de mayor peso que el normal, lo que conlleva dificultades para un parto vaginal”, hace notar el diabetólogo de Clínica Las Condes, doctor Andrés Kuzmanic.

El especialista destaca que el cuadro también puede provocar mayor riesgo de recién nacidos inmaduros y por ende, también de complicaciones respiratorias, ictericia, problemas de termorregulación e hipoglicemia en las primeras horas de vida, “lo que puede ser extremadamente peligroso y producir daño cerebral irreversible”, destaca el doctor Kuzmanic quien también manifiesta que todas estas situaciones pueden evitarse con un diagnóstico y tratamiento oportunos.

Las mujeres con más riesgo de presentar diabetes gestacional son las mayores de 30 años, obesas, con historial familiar de diabetes mellitus tipo 2, “siendo también más frecuente en aquellas con antecedentes de haber tenido niños con más de 4 kilos al nacer en embarazos de término o de haber tenido más cantidad de líquido amniótico en gestaciones anteriores”, explica el diabetólogo.

El diagnóstico de esta patología se hace con una curva de tolerancia a la glucosa. “Se mide la glicemia en ayunas y a las dos horas de una carga vía oral de 75 gramos de glucosa”, precisa el facultativo.

El tratamiento es fundamentalmente dietético, aunque también es necesaria la medición de glicemias en casa, especialmente en ayunas y dos horas después de las principales comidas. “Si, a pesar de la dieta, las glicemias persisten elevadas, se inicia tratamiento con insulina”, puntualiza y advierte además que en los últimos años ha surgido información que indica que el uso de metformina, medicamento oral que se usa en diabetes, también podría ser útil en el embarazo.

Por último, señala que para prevenir la diabetes gestacional es fundamental planificar el embarazo, de modo de enfrentarlo con un peso lo más cercano a lo normal posible. Además, mantener una dieta saludable y practicar actividad física desde el comienzo.