“Esta visita al médico tiene varios objetivos”, explica el ginecólogo de Clínica Las Condes Pedro Daza, quien puntualiza que uno de los principales propósitos es entregar a los futuros padres conocimientos acerca del embarazo y parto, como también conversar sobre eventuales temores, tensiones y situaciones a enfrentar. “De esa forma, desaparecerán las dudas y se vivirá la experiencia con más tranquilidad”, hace notar el doctor Daza, a la vez que recalca que ese diálogo con el especialista debería producirse idealmente tres meses antes de concretarse el embarazo.
Otro objetivo de esta visita preconcepcional es darle la posibilidad al médico de adquirir una visión amplia sobre los hábitos y estado de salud de la futura madre. “Se pueden corregir o minimizar algunas situaciones como sobrepeso, tabaquismo, el consumo de alcohol o toma de algunos medicamentos como analgésicos, antiinflamatorios o tranquilizantes”, manifiesta. Además, señala que entre los hábitos que se deben analizar y eventualmente modificar están el sedentarismo o la práctica excesiva de deportes.
El doctor Daza recalca que en esta importante consulta, el médico también puede informarse de patologías específicas y antecedentes de morbilidad de la paciente que desea embarazarse y que pueden agravarse durante la gestación. Por ejemplo, asma, hipertensión, diabetes, lumbagos, entre otros.
Una de las principales dudas planteadas por las futuras madres es cuánto tiempo antes deben dejar de tomar las píldoras anticonceptivas o usar el método de planificación familiar al que recurrieron. La respuesta del médico es que en el caso de los anticonceptivos orales se deben dejar en el momento que se haya tomado la decisión de tener un hijo. “La única evidencia científica es que existe una tasa insignificativamente más elevada de embarazos gemelares en pacientes que tomaron anovulatorios en comparación a las que no tomaron”. También plantea que las pacientes deben tener en cuenta que al dejar los anticonceptivos, los primeros dos o tres ciclos pueden ser irregulares, no haber ovulación y producirse atrasos menstruales.
Una alimentación equilibrada debería ser una costumbre extendida para todos y no sólo aconsejada para las mujeres que desean embarazarse, advierte el doctor Daza. “Ellas, obviamente, tienen que preocuparse del tema. La gran mayoría de las pacientes tiene sobrepeso, por lo que es fundamental una dieta saludable”. Esa dieta debe ser rica en fibras, legumbres, verduras y proteínas “y pocos hidratos de carbono y menos cantidad de azúcar y sal”.
En tanto, el fumar no es un hábito saludable y menos lo es para las embarazadas o las que quieren estarlo. “El cigarrillo y el alcohol están contraindicados”, dice el ginecólogo.
Respecto de los medicamentos, “cada caso es individual y hay que sopesar los beneficios versus los riesgos que corre la paciente”. En el caso de una paciente en tratamiento por un cuadro psiquiátrico crónico, “hay que considerar el riesgo al suspender sus medicamentos del efecto psíquico y cuánto daño puede producir en el feto”, dice el doctor, quien también advierte que está contraindicado tomar tranquilizantes y analgésicos sin indicación médica, especialmente durante el primer trimestre del embarazo, ya que entre los días 17 y 58 de gestación se produce la organogénesis, es decir, la formación de los órganos. “La utilización de medicamentos puede impactar negativamente y causar malformaciones congénitas”, advierte.
Con respecto a las vitaminas, el doctor Daza explica que la vitamina B9 o ácido fólico tiene relación con la síntesis de proteínas estructurales del organismo. “Las personas tenemos un reservorio en el hígado de estos folatos, por lo que no es necesario tomarlos permanentemente, pero cuando hay carencia, se tiene mayor riesgo de malformaciones, específicamente del tubo neural”, aclara el médico. Para reducir este riesgo, añade, es necesario ingerir ácido fólico entre 600 y 800 microgramos diarios al menos un mes antes de producirse el embarazo y seis semanas siguientes. Esta vitamina está presente en todas las harinas además de verduras y otros alimentos. “También hay presentaciones más concentradas que se les indica a las pacientes que tienen antecedentes familiares o hijos con malformaciones del tubo neural”.
Respecto de los medicamentos, “cada caso es individual y hay que sopesar los beneficios versus los riesgos que corre la paciente”. En el caso de una paciente en tratamiento por un cuadro psiquiátrico crónico, “hay que considerar el riesgo al suspender sus medicamentos del efecto psíquico y cuánto daño puede producir en el feto”, dice el doctor, quien también advierte que está contraindicado tomar tranquilizantes y analgésicos sin indicación médica, especialmente durante el primer trimestre del embarazo, ya que entre los días 17 y 58 de gestación se produce la organogénesis, es decir, la formación de los órganos. “La utilización de medicamentos puede impactar negativamente y causar malformaciones congénitas”, advierte.
En esta oportunidad, el doctor informará a la paciente sobre algunos temas relevantes y le entregará algunas indicaciones específicas.
Beneficios de una dieta balanceada.
Recomendar suplementos como ácido fólico.
Pesquisar algunas patologías no diagnosticadas como hipotiroidismo, hipertensión, resistencia a la insulina, sobrepeso, etc. En caso de enfermedades crónicas, evaluar a la paciente en conjunto con el especialista, en un manejo multidisciplinario.
Considerar antecedentes mórbidos que necesiten estabilizarse antes de decidir un embarazo, por ejemplo, lupus, diabetes descompensada metabólicamente, cirugía bariátrica, etc.
Orientar acerca del sedentarismo y del deporte. “El ejercicio es fundamental en el embarazo ya que tiene muchos beneficios, pero hay deportes que están contraindicados, como el karate, el esquí, el fútbol y la equitación”.