Los alimentos ricos en grasas saturadas elevan los niveles de colesterol en la sangre. El exceso de hidratos de carbono refinados también predispone a los eventos vasculares.
Se produce cuando el cuerpo no procesa bien la glucosa y hay un exceso de ésta en la sangre. El diabético tiene más riesgo de sufrir problemas cardíacos y el 85% de sus complicaciones son cardiovasculares.
En Chile, cerca del 60% de la población tiene sobrepeso u obesidad. Cuando el peso no es el adecuado, se favorecen la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, la aparición de diabetes y el alza de colesterol.
Cuando existe una condición de alerta y defensa, con altos niveles de adrenalina, la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan y esto significa un riesgo para la salud del corazón. Las personas competitivas, autoexigentes, trabajólicas y con tendencia a no expresar sus emociones tienen más infartos. También las personas deprimidas tienen aumento del riesgo vascular.
La presión arterial persistentemente alta acelera la aterosclerosis, produce crecimiento del corazón, infartos cerebrales y daño renal. No presenta síntomas y afecta a 25% de las personas entre 40 y 60 años, y a 50% de quienes tienen entre 70 y 80.
Es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y se inicia precozmente. En Chile, el 20% de los escolares ya es obeso en primero básico.
El control de la presión arterial con un médico debiera convertirse en rutina anual. Para los hombres a partir de los 30 años y las mujeres después de los 40, sobre todo si hay antecedentes familiares. La presión óptima es 120 con 80; 130 con 85 es normal y 139 con 89 es normal alta.
Insuficiente ejercicio físico sistemático en la vida cotidiana de una persona, lo que por lo general pone al organismo humano en una situación vulnerable ante enfermedades crónicas, especialmente cardíacas.
En cada aspiración, el cigarrillo produce contracción en las arterias, disminuye el flujo y oxigenación a los órganos. En forma crónica, altera la capa que cubre interiormente las arterias, haciendo que se dañe y pierda su función protectora, lo que favorece la formación de placas de ateroesclerosis.
Las mujeres que fuman y que toman anticonceptivos tienen un riesgo mayor de padecer fenómenos trombóticos, flebitis, accidentes cerebrovasculares o infarto agudo al miocardio.
Si padece de apnea del sueño, trátese, ya que existe mortalidad asociada, principalmente nocturna, por problemas cardiovasculares.